Thursday, August 27, 2009

Manual para entenderle

Flaquita y desabrida.
Tímida y con cara de antipática, como si algo la molestara todo el tiempo - existir, tal vez -.
A veces gritona, porque alzando la voz le cobraba al mundo que nadie le prestara atención, pero alarmada cuando la miraban directamente a los ojos ( ¿hace cuánto no te veían con ese amor?).
Incomoda con las preguntas directas y más contrariada con las respuestas indirectas; confusa con los silencios posteriores. Frustrada por no poder confundirlos a ellos.
Aburrida con la ceguera del mundo pero inconsciente del esfuerzo con que ella misma escondía sus tesoros.
Tantas veces ahogada porque las lágrimas que no quería mostrar le quitaban espacio para el aire que no lograba aspirar y sintiendo como si la siguiente fuera la última vez que iba a respirar.
Creyéndose antes mártir, después se sentía inútil y al final culpable.
Paciente a veces, otras desesperada por seguir sujeta al hilito ese de la esperanza.
Sin norte y sin guía, el único plan era seguir en pie.

Tuesday, August 11, 2009

Sala de urgencias

Caras largas, rostros sufriendo. Gente bostezando, frunciendo el ceño. Uno que otro gritando de dolor o ira, depende de como le va en el proceso.
Algunas salas amplias, cómodas, entretenidas: una mala peli en el tv, músiquita de ascensor, un bonito paisaje allá en el otro lado del dolor. Otras (la mayoría) salas terroríficas, chiquitas, estrechas, frías, sofocantes. De ninguna nadie me ha dicho con cariño que es su segundo hogar.
Todas llenas de personas en las mañanas, en las tardes, en lo temprano de la noche. Los niños lloran, los ancianos se quejan, algunos lloramos. Algunos esperamos... desesperamos, sobretodo cuando no somos los de la camilla. A mi siempre me duele la cabeza.
En la medianoche salas desiertas. Muy pocos esperan. Muy pocos le hablan al tv, muy pocos ruegan por un escape. Muy pocos lamentan ser ingratos, muy pocos se martirizan por querer irse, por querer no tener que vivir otro día así, porque saben que vendrán más días así.
Finalmente, todos se van. Felices, porque fue un mal rato en su preciosa vida. Esperanzados, porque la paciencia promete la recuperación. Resignados, porque saben que volverán a ese lugar.
Otros desgarrados, perdidos, sin piso: ya no importa donde están.
Todos entran en urgencias por un dolor. A la mayoría los ves y lamentas que sufran, hasta te impresiona lo que hacen para parar su dolor. Hay otros que escondemos y que allí nadie nos los puede curar.

Oximorones o pleonasmos

Buenas. Sigo viva, pero no cuento.
Al parecer este blog es como tantas cosas que no contienen lo que anuncian ser, por ejemplo: "Inteligencia militar", "Estado democrático", "dieta fácil", "regalo gratis", "viva pa contarte". Así, de lo que su nombre dice ser, no tienen sino eso: el nombre.
Tal vez es porque ahora no hago más que hablar conmigo, lo cual es muy problemático porque no aporto nada a la conversación, porque no me quiero oír o porque no estoy para nada de acuerdo con lo que digo; porque no tengo ganas de hablar o porque me aburrí de pensar tanto lo que debería escribir aquí o no pensarlo demasíado, he retomado esto. Tal vez porque veo que todos pueden escribir y yo no, porque todos tienen tanto que decir y lo dicen tan bien y pues... lo mio no es tan importante e inteligente como para decirlo, con alguien tengo que desahogarme. Lo siento blogspot, pero soportarás mi basura en internet. lo siento lector, lamento que hayas terminado aquí y no leyendo basura en otro lugar.
Aquí no hay oximorones o pleonasmos, solo inútiles disertaciones.
Vamos a ver cuanto me dura esta temporada.
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