Otra tarde más de desempleo en la que es grato hablar con personas inteligentes. Así que alguien muy querido para mí (de quien no revelaré su identidad por respeto a su intimidad) me cuenta en que anda y empezamos a lanzar disertaciones disparatadas sobre temas serios, como el amort, el trabajo, la universidad... bueno, no tan serios. Me gusta inventar parrafadas absurdas sobre cosas y esta hermosa persona me lanza la pregunta a la que no me resisto a escribir bobadas (como casi todo lo que digo). Y aquí está lo que se me ocurrió:
Bueno, el título completo es:
¿El huevo o la gallina? Reflexiones sobre Poesía y Filosofía en Platón
Más que un chiste, esta simple pregunta encierra la duda preeminente del ser: de dónde proviene su existencia?
Por años el hombre se ha cuestionado sobre que conforma su existencia, debatiéndose entre la yema y la clara o el doloroso parto de la gallina. Algunos toman partido por la célula de dura cáscara, que implica el esfuerzo del individuo por construir su propia existencia. Estos homologan la lucha del polluelo por salir del cascarón con la pelea del individuo por hacerse a su propia identidad. Pero, qué hay del lado de la gallina?
Las corrientes sicológicas apuntan a que el abandono del ave a sus crias es la causa de la sensación de soledad que todos hemos compartido al menos una vez a lo largo de la vida. Freud díria que, literalmente, de ahí nacen nuestros complejos de abandono y de amor-odio por la madre que nos ha dejado.
Analizando otro plano del simbólico binomio huevo-gallina, nuestro planeta es la esfera que encierra lo que conocemos, igual que el polluelo antes de nacer depende de su cascarón para culminar su desarrollo. Obviamente, no podemos prescindir del calor de su madre la gallina, pues sin su presencia el huevo se malogra o termina en nuestra sarten, lo que podríamos asimilar como el infierno. Es entonces la presencia de la gallina sobre el huevo algo así como la presencia de una entidad superior que cuida de nuestro planeta cascarón?
Y hasta aquí me llegó la inspiración, que nunca me da para escribir cosas importantes. No me gusta pensar demasiado en cuestiones filósoficas, ni está en mis manos resolver esta ancestral cuestión. Tal vez mamá gallina lo quiera así.
Bueno, el título completo es:
¿El huevo o la gallina? Reflexiones sobre Poesía y Filosofía en Platón
Más que un chiste, esta simple pregunta encierra la duda preeminente del ser: de dónde proviene su existencia?
Por años el hombre se ha cuestionado sobre que conforma su existencia, debatiéndose entre la yema y la clara o el doloroso parto de la gallina. Algunos toman partido por la célula de dura cáscara, que implica el esfuerzo del individuo por construir su propia existencia. Estos homologan la lucha del polluelo por salir del cascarón con la pelea del individuo por hacerse a su propia identidad. Pero, qué hay del lado de la gallina?
Las corrientes sicológicas apuntan a que el abandono del ave a sus crias es la causa de la sensación de soledad que todos hemos compartido al menos una vez a lo largo de la vida. Freud díria que, literalmente, de ahí nacen nuestros complejos de abandono y de amor-odio por la madre que nos ha dejado.
Analizando otro plano del simbólico binomio huevo-gallina, nuestro planeta es la esfera que encierra lo que conocemos, igual que el polluelo antes de nacer depende de su cascarón para culminar su desarrollo. Obviamente, no podemos prescindir del calor de su madre la gallina, pues sin su presencia el huevo se malogra o termina en nuestra sarten, lo que podríamos asimilar como el infierno. Es entonces la presencia de la gallina sobre el huevo algo así como la presencia de una entidad superior que cuida de nuestro planeta cascarón?
Y hasta aquí me llegó la inspiración, que nunca me da para escribir cosas importantes. No me gusta pensar demasiado en cuestiones filósoficas, ni está en mis manos resolver esta ancestral cuestión. Tal vez mamá gallina lo quiera así.
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